QUE EL HOMBRE DE DIOS SEA PERFECTO
QUE EL HOMBRE DE DIOS SEA PERFECTO
QUE EL HOMBRE DE DIOS SEA PERFECTO
Cita Bíblica: 2 Timoteo 3:16,17
“Toda La Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Los pensamientos y los caminos de Dios son más altos que los nuestros. Les aseguro que en este tiempo ya casi nadie piensa en esto. Porque vivimos en una época en la que no solo se disculpa y justifica la imperfección pero se glorifica. Hemos llegado a ser testigos de que en nuestro tiempo se presume y se alaba lo grotesco, lo cruel, lo malvado y lo sucio.
Es justo en medio de todo este pantano de lodo podrido que El Espíritu Santo inspira y desafía a la gente de Dios a ser como deben ser los hijos de Dios. Y casi miro la mente de muchos preguntando: “¿Se puede? ¿Alguien podrá alcanzar el ideal Divino? ¿Con qué parámetros se podría medir esa perfección?” Mire, ser perfecto significa que no tiene imperfecciones. ¡Que ni le sobra ni le falta! Pero luego los cristianos estamos tan defectuosos, en algunos aspectos muy exagerados y con tantas carencias en otros! ¿Cómo podríamos hablar de ir a la Perfección?
“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy El Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.
Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.
Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré El Dios de ellos.” Génesis 17:1-8
¿A qué edad se le está presentando Este Mensaje de Dios hoy? ¿Realmente cree que Dios está esperando algo de usted? Respóndame algo por favor: ¿Está convencido de que El Señor tiene planes para su vida? ¿En qué consistirán esos propósitos y planes? Hay un momento para todo ser humano, un momento de reflexión y de iluminación donde cada uno se pregunta a sí mismo: “¿Quién soy? ¿Hacia dónde me dirijo? ¿Cómo es que quiero ser? ¿Qué clase de vida quiero?” Dios le concede a muchos de ustedes ese momento en este día. Abra su espíritu y decida bien.
Usted que ya aceptó a Jesucristo como su Salvador y Señor, no se conforme, no se limite a lo que ha conocido hasta este momento, hay que crecer, hay que ser gente que honra a Cristo y que avanza a su destino eterno. Muchos sí quieren irse al cielo, pero quien sabe qué clase de cielo se imaginan, porque La Biblia dice que ese es un lugar donde mora la justicia y donde no entrará ninguna cosa sucia. Hay que prepararse porque nadie puede vivir como le dé la gana y creer que va a ir a dar al cielo con El Señor. No, El es Santo, Perfecto y muy exigente.
El Varón Perfecto es Jesucristo. Él es el Modelo y la medida, Así dice en Efesios 4:11-16
“Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Dice: “…Perfeccionar a los santos…” es muy específico con quien trae esas intenciones porque usted y yo somos diferentes ya, si es que hemos nacido de nuevo, ya entendemos muchas cosas por medio de La Palabra y ya amamos al Señor y deseamos obedecer su voluntad. Al desear agradar al Señor, nos vamos convirtiendo mas como El es. Por eso es que la religión y la motivación humana no pueden lograr sino hacer “santurrones y emocionados” pero no trasforman como lo hace El Evangelio con el poder de Dios.
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas Palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Mas tú, oh hombre de Dios, (¡Pero por favor mire esto!) Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Timoteo 6:3-14
No me gusta hacer listas de cosas prohibidas y cosas permitidas, pero ni modo, aquí están tantas cosas que uno debe renunciar y abandonar para siempre para ser perfecto.
Vanidad (envanecido)
Ignorancia (nada sabe)
Habla como si tuviera fiebre, calentura espiritual (delira)
Contiendas
Envidias,
Pleitos,
Blasfemias,
Malas sospechas,
Disputas necias
Hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad,
Que toman la piedad como fuente de ganancia.
Y remata diciendo ¡Apártate de ellos! Miremos otra sección de Pablo a Timoteo, o mejor dicho, de nuestro Dios a nosotros. ¡Si, es para usted y es para mí! ¿Vemos a ver que nos toca?
“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” 2 Timoteo 2:22-26
¿Hacemos las listas o entendimos bien? ¿Se da cuenta que se da una doble indicación? Primero: “Huye también de las pasiones juveniles” y segundo: “y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.” Dejar las “pasiones juveniles” no se refiere a solamente a represiones sexuales y perversiones, se refiere a esas pasiones inmaduras que denuncian una personalidad y un carácter defectuosos. ¿Cómo qué? Irresponsabilidad, desorden, indisciplina, pereza, enojo, rebeldía, orgullo, terquedad, ignorancia y todo lo que se pueda relacionar con no tomar en serio las cosas de esta vida y las cosas de Dios. ¡Hay tantos viejos y viejas que no han podido con esto! ¡Lástima de años! ¡Pero hoy es el día de su oportunidad, claro que sí, con El Poder de Dios! ¡No para darme gusto a mí, que tengo mi propia cola, sino para la gloria de Dios!
Y no se trata solamente de “huir de algo” pero hay que dedicarse a “seguir algo” “y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”
¿Miramos otra Escritura? 2 Timoteo 3
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, (sin temple, mediocres) crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados (llenos de tontería), amadores de los deleites más que de Dios,
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad (Persistencia), amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
y que desde la niñez has sabido Las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Aquí se menciona un método que no falla, parece una amenaza: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” “Padecimientos y Persecuciones” ¿Quién quiere ser perfecto? ¡No se me desanime tan rápido! ¿Recuerda quien es nuestra estatura, nuestro ejemplo y modelo? ¡Jesús! ¿Y cómo le fue a Él? Mientras Mateo lo predica a los judíos como Rey, Marcos lo predica a los romanos como un Sirviente y Juan lo predica a todo el mundo como Dios, Lucas lo presenta a los griegos como “El Hombre Perfecto” “El Hijo de Adán” “El Hijo del Hombre” no son solo títulos, Son el Carácter y Personalidad de Dios. Un estudio más profundo nos llevaría a mirar y descifrar algunos “extraños Seres Vivientes llenos de ojos” con cuatro rostros: León, Buey, Hombre y Águila. Por ahora, enfocaremos esa proyección de Hombre:
“Pero vemos a Aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
Porque convenía a Aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu Nombre, en medio de la congregación te alabaré.
Y otra vez: Yo confiaré en Él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.” Hebreos 2:9-13
Perfeccionar ¿Cómo? ¿Cuál es el método para perfeccionar hombres de Dios? ¿Y mujeres, y jóvenes, y niños y viejitos y viejitas? ¿Cuál? ¡Aflicciones! ¡Padecimientos! ¡Hay una cruz persiguiéndolo a usted! ¡Negación, renuncia, entrega de todo lo que es usted, de todo lo que sabe y de todo lo que tiene, a Dios! ¡Obedecer a Dios!
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.” Filipenses 3:7-17
De aquí surge una figura que ilustra muy bien “El Camino de La Perfección” mire el Salmo 101:6 Dios dice “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.” Bien, la ilustración de la que les hablo aquí está: Un padre caminando con paso regular y su hijito pequeño tratando de caminar al ritmo de papá y como arañita tratando de alcanzar a poner sus pequeños pies en las huellas de su padre… ¿Entiende ahora? ¡Esa es la perfección que Cristo desea de nosotros! Yo no sé cuanto podremos lograr aquí en la tierra, me entusiasma mucho la idea de llegar a ser “espíritus hechos perfectos” (Hebreos 12:23) Lo que sí sé es que no debemos entregarnos a la fatua doctrina de “pecaunpoquitodiario” sino avanzar imitando a Jesús, siguiendo sus pisadas.
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.” 1 Pedro 2:21-25