La vina de Nabot
1 Reyes 21:1-4
INTRODUCCION: Hagámonos una pregunta, ¿Qué estoy dispuesto ha hacer para cuidar lo que Dios me ha dado? La inhabilidad de algunas personas de no evaluar lo que Dios les ha dado es la causa de los fracasos que encontramos a nuestros alrededores. En este relato bíblico encontramos a un hombre que supo evaluar lo que Dios le había dado. También encontramos a un hombre que no evaluó lo que había recibido de parte de Dios y quería comprar un lugar que era sagrado para otra persona.
I. El enemigo siempre tiene un plan preparado para nosotros.
1. Acab le pide la viña a Nabot.
a. Acab estaba en todo derecho de pedir lo que él quisiera.
b. Dios prohibía que se vendiera la tierra (Lv. 25:23). “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo”.
2. Desde el enemigo que le falló el primer plan en el Huerto del Edén, se ha visto en la necesidad de cambiar de planes a nivel diario.
a. Trato con Cristo en varias ocasiones antes de la cruz del calvario porque no le convenía que Cristo muriera en la cruz (Mateo 4:1-11; Isaías 53:1-10).
b. Todavía no se ha dado por vencido. Y viene contra nosotros diariamente (Marcos 4:15). “Y esto son los que junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, enseguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones”.
II el hombre y la mujer de dios valorizan la herencia que dios ha puesto en sus manos.
1. Para Nabot no era solamente el hecho de vender una propiedad. Para Nabot era un compromiso. No era una responsabilidad de mantener ese pedazo de terreno. Era ser fiel.
2. Esta viña era una heredad que él había recibido de sus padres.
3. Nosotros también tenemos una responsabilidad ante Dios y de valorizar la heredad que Dios nos ha dado (Gal. 4:1-7).
4. No podemos hacerle caso a las ofertas que Satanás nos haga (Heb. 10:35). “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque nos es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”.
5. Hay una gran recompensa para aquellos que se mantengan fieles a Dios (1 Ped. 1:3-9).
II. ¿Que estamos dispuestos hacer para cuidar de lo que dios nos dio?
1. Vivir una vida de oración (Salmo 142:5-7; 2 Cro. 6:40-42).
2. Vivir una vida de sometimiento.
3. Ser integro ante Dios (Salmo: 19:13; 33:1; 37:37; 119:80).